Estas tres fotografías se tratan de diferentes texturas, con lo cual se realizan sin que haya profundidad de campo.
En las siguientes fotografías realizadas a un columpio se estudia la obturación para captar o no el movimiento según se desee.
En esta fotografía se capta congelación del movimiento.
Aquí hay representación del movimiento.
Y esta fotografía se trata de un barrido.
Esta fotografía vuelve a captar el movimiento, en este caso en el fuego de la chimenea.
En esta fotografía hay una mezcla de congelación de movimiento (en el fondo, en la persona que se tira del tobogán) y representación del movimiento en el pelo situado en primer plano.
Esta fotografía vuelve a tratar la congelación del movimiento.
Las dos siguientes se tratan de barridos.
En esta fotografía se estudia la profundidad de campo medienta un enfoque selectivo al segundo plano.
Y en esta otra fotografía relacionada con la anterior se estudia lo mismo pero el enfoque selectivo es al primer plano.
En esta fotografía y en la siguiente se ha hecho un cambio de focal para hacer una toma de aproximación.
En las siguientes dos fotografías se vuelve a estudiar la profundidad de campo pero esta vez mediante el uso del diafragma. Con el diafragma más cerrado la profundidad de campo es mayor que con el diafragma más abierto, tal y como se observa en las dos fotografías. La de arriba es con diafragma cerrado (con lo cual hay que compensar los pasos en la obturación) y la de abajo es con diafragma abierto.
Este retrato se ha realizado con una medición de luz en el perfil de la cara, de manera que quede una silueta simulada.
Este retrato está realizado de la misma forma, pero al tener más espacio en negro se compensa con la claridad de la lámpara.
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