martes, 4 de mayo de 2010

Fortuny, el Mago de Venecia (exposición en la casa de la Pedrera, Barcelona)

Mariano Fortuny Madrazo

Es una de las figuras más creativas e innovadoras de la primera mitad del s. XX. Su producción abarca campos tan diversos como la pintura, el grabado, la escenografía, la luminotecnia, la fotografía, el diseño textil y la moda, en su anhelo de alcanzar a través del arte la belleza en todos los órdenes.
Su formación se encamina hacia la pintura y muy pronto entra en contacto con pintores y artistas que habían sido amigos y admiradores de su padre.
Tal y como manda la tradicción, Fortuny estudia pintura copiando a los grandes maestros y profundizando en el conocimiento de los colores y las artes del grabado aunque también se interesa por el estudio de la electricidad, la física, la óptica, la fotografía, la música y el teatro.
De la mano del pintor Rogelio de Egusquiza, Fortuny encuentra en los ideales Wagnerianos la respuesta a sus inquietudes y se adentra en nuevas formas de expresión pictórica, cercanas al simbolismo, con una serie de obras de temática wagneriana que realiza tanto en pintura como en grabado. Paralelamente empieza a experimentar en la construcción de pequeñas maquetas teatrales.
La pasión por el teatro es una constante a lo largo de la vida de Fortuny. El interés por la luz y la atracción que siente por la ópera wagneriana le llevan a participar activamente en las investigaciones estéticas y técnicas que invaden la escena teatral europea, pues considera que la inmersión total en la atmósfera dramática depende, en buena parte, de una nueva manera de concebir la escena.
Mariano Fortuny revoluciona la puesta en escena del s.XX con el “sistema Fortuny”, formado por un dispositivo de iluminación indirecta y por una cúpula en cuarto de esfera que envuelve todo el escenario, actuando como un gran reflector que sustituyen los cielos pintados de los decorados tradicionales.
La familia Fortuny Madrazo se traslada a Venecia en 1889. Venecia se convierte para Fortuny, por una parte en un símbolo de belleza, y por otra en un conjunto de lugares y personajes que configuran el sustrato inaprensible de estímulos y sugestiones a partir del cual desarrollará su desbordante creatividad en todos los campos del arte.
En 1897 Mariano Fortuny conoce en París a una joven modelo, Henriette Adele Nigrin, Henriette se convertirá en su gran musa y colaboradora y, finalmente, en su esposa.
Cuando Fortuny decide dedicarse al diseño textil, en estrecha colaboración con Henriette, tiene ya 35 años y un importante bagaje en el ámbito teatral, en la realización del vestuario, además de un notable conocimiento en la materia adquirido gracias a la colección familiar de telas antiguas, que le inspira el gusto por la riqueza cromática, la extraordinaria variedad de motivos y figuras, y la combinación armoniosa de unos estilos surgidos en lugares y épocas diversos.
Fruto de un estudio minucioso, Fortuny domina a la perfección las técnicas existentes de estampación textil, que revisa y moderniza, y también inventa algunas nuevas.
Fortuny, que no solamente controla todo el proceso de creación sino también la distribución de sus productos, abre puntos de venta exclusivos en París, Londres y Nueva York.



















Árabe sentado y Autorretrato.

Me sorprende que así como estos dos cuadros no van tanto al detalle, es decir a la perfección, hay otros cuadros en los que sí son completamente figurativos.

Desnudo femenino acostado y La Odalisca.

En el cuadro de La Odalisca destaca la iluminación sobre el cuerpo desnudo de la mujer dejando el segundo plano en sombra completamente.

Autorretrato

Desnudo estudio para pintura.

Son dos fotografías en blanco y negro con una iluminación particular.

Esto son diseños hechos por Fortuny.

Las muchachas en flor. Ciclo wagneriano

Ciclo wagneriano. Sigfrido. Mime busca los hongos venenosos.

Ciclo wagneriano. Sigfrido y las hijas del Rin

Ciclo Wagneriano. Parsifal. El funeral de Titurel

Naturaleza muerta: los yesos del taller

Diez pequeños estudios arquitectónicos de Venecia. (Detalle de uno)

Interior del taller del pintor en el Palazzo Orfei en Venecia.

Diecisiete vistas de Egipto.

Desnudo femenino (pastel)

Este conjunto de obras de arte demuestra lo polifácetico de este artista, que tiene cuadros figurativos completamente realistas y otros que no van tanto al detalle. El cuadro de la naturaleza muerta, por ejemplo, es impresionante en cuando que parece que los objetos se pueden tocar. A mi particularmente me encanta el dominio de la iluminación tanto en el cuadro de la naturaleza muerta, como en los cuadros de desnudos de mujeres como en el cuadro de su propio taller, como entran - en este en concreto- los rayos de luz por la ventana e iluminan la sala.

3 comentarios:

  1. Siento que esta publicación no hay quedado ordenada debidamente pero no he sido capaz de que los comentarios quedaran en la vista real igual que los estaba dejando al realizar la publicación de la entrada.

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  2. El cuadro de La Odalisca es de Mariano Fortuny i Marsal, padre de Mariano Fortuny Madrazo. El pintor genial es el padre, el polifacético, el mago de venecia es el hijo. Felicitacioens por tu blog.

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    1. Muchas gracias por la aclaración. Quizás no se interpreta bien porque formaba todo parte de la misma exposición.

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